El deterioro de la calidad del medio ambiente, por la acción antrópica aumenta de manera exponencial ante una sociedad que se industrializa. La contaminación ambiental del aire, agua, suelo y alimentos, se ha convertido en una amenaza para la existencia continuada de muchas comunidades vegetales y animales del ecosistema y puede finalmente amenazar la propia supervivencia de la raza humana. La población del río Anchicayá no ha sido la excepción en esta problemática. Paulatinamente se han venido presentando impactos negativos en el ambiente, a raíz del vertimiento de lodos generados por la central hidroeléctrica “Chidral” en el año 2001, lo cual desencadenó un grave daño ecológico y afectó no solo a las comunidades bióticas, sino a todos los ecosistemas presentes, como también el aspecto socioeconómico y cultural de los habitantes de la cuenca.