2025-02-052025-02-05http://hdl.handle.net/11634/62498Todos los días converso telefónicamente con mi mamá. Cuando la visito en vacaciones, o algún puente que logro alargar para que se justifique la distancia de los cuatrocientos kilómetros que nos separan, compartimos sus vivencias de infancia y juventud.Ahora que la enfermedad del olvido la visitó, lo que más le gusta repetir son las historias que recuerda de sus primeras memorias. Nos cuenta cómo pasaban sus días en el campo y retrata con fiel detalle lo que hacían en un día común y corriente.application/pdfDerechos de autor 2022 Espiral, Revista de Docencia e InvestigaciónLa abundacia de la pobrezainfo:eu-repo/semantics/article